
La decisión decisión del Ayuntamiento Municipal de Ixmiquilpan de reubicar a los comerciantes ambulantes de a la plaza Hyadi, así como permitir que los comerciantes informales con locales dentro del mercado regresen a sus espacios, parece un paso hacia la organización del comercio en el centro de la ciudad. Esto podría ayudar a mejorar la imagen urbana y reducir el caos que genera.
Sin embargo, también es importante considerar algunos aspectos como el de los usos y costumbres no permitirán que esto suceda.
En primer lugar, el trato preferencial a las «chantitas» no está claramente definido en el comunicado, lo que deja espacio a la incertidumbre y posibles controversias.
Además, el compromiso de que los comerciantes establecidos respeten sus espacios y no saquen sus productos fuera de los locales es fundamental para el éxito de esta reubicación. Si no se controla, podría generar un efecto contrario al deseado, con más desorden y competencia desleal.
Es clave que el proceso de reubicación se haga de forma ordenada y con la participación de todos los actores involucrados, incluidos los propios comerciantes, para que se logre una solución beneficiosa para todos. También será importante que las autoridades se aseguren de que se cumplan las normas y se mantenga el orden en los nuevos espacios asignados.
En resumen, parece un intento negativo para regular el comercio, pero se necesitarán acciones concretas para garantizar que funcione de manera efectiva.
